Las TI y sus beneficios para los servicios jurídicos

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Natalia Martos ha afirmado que las TI (Tecnologías de la Información) han favorecido hoy más que nunca la prestación de servicios legales, tomando en cuenta la época pandémica que ha abrazado a la humanidad y la implantación del trabajo remoto a escala global.

Los “Modelos alternativos de prestación de servicios jurídicos” (ALSP, por sus siglas en inglés) ofrecerían una gran adaptabilidad, sin perder la máxima calidad del servicio, ya que permiten utilizar el talento relevante apoyado por las TI.

A juicio de la fundadora y CEO de Legal Army, estos modelos serían ideales por el hecho de nacer digitales, con metodologías de trabajo altamente eficientes y herramientas que permiten el trabajo en remoto.

“Es el modelo perfecto para la época que estamos viviendo de pandemia y crisis mundial frente a modelos más apalancados”.

Esta afirmación la ha expresado Martos durante la celebración de la trigésima primera edición de encuentros profesionales, organizado por la Fundación Wolters Kluwer y Esade Law School, donde se han analizado los ALSP.

Las jornadas se celebran cuatro veces al año con el objetivo de transferir a la comunidad jurídica el conocimiento y la experiencia de grandes expertos en materia de gestión e innovación aplicada al sector legal.

Inaugurada por Cristina Sancho, presidenta de la Fundación Wolters Kluwer; y moderada por Eugenia Navarro, profesora de Estrategia e Innovación de Esade, la mesa redonda virtual ha contado con la participación de Ana Buitrago, directora de Spain & Germany Legal, Associate Counsel de Amazon.

La CEO de Legal Army, así como Andrés Jara, fundador y CEO de Alster Legal; y Laia Moncosí, socia fundadora de Lawyers for Projects, también han formado parte de los expositores del encuentro virtual.

La flexibilidad y agilidad

Ana Buitrago ha destacado la necesidad que tiene el mercado legal de modelos flexibles y por eso ha señalado que los ALSP aportan flexibilidad a la composición de los equipos y la duración del secondment (adscripción), tecnología y valor diferencial.

“Estos proveedores externos son muy útiles para proyectos concretos. Permiten incorporar temporalmente talento con experiencia previa inhouse, con conocimiento específico en determinadas materias, entrenado para integrarse rápidamente al equipo interno y adaptarse a las necesidades del cliente”.

Para ella, la tecnología que aportan representa un valor añadido único que muchos despachos no tienen. “Tener proveedores que la integren en los sistemas de la compañía y a la vez formen a tu equipo es un valor añadido excepcional”.

Laia Moncosí ha aprovechado la ocasión para aclarar la diferencia entre Legal Managed Services (LMS) y Legal Process Outsorcing (LPO), categorías de ALSP que tienen en común la búsqueda de eficiencias y la reducción de costes.

“El LPO normalmente lleva asociado un riesgo bajo o medio y de alto volumen. Por ejemplo, la revisión masiva de contratos”.

En cambio, los LMS van un paso más allá, pues ha explicado que son proveedores de servicios delegados que asumen una unidad concreta de una asesoría jurídica, que se asume como propio, se dota de recursos y se gestiona en su conjunto. “Por ejemplo, la gestión externa de los litigios de una asesoría jurídica”.

Por su parte, Andrés Jara ha dejado claro que el modelo ALSP genera una manera muy distinta de aproximarse al cliente, tomando en cuenta que se trata de un servicio B2B de asesoramiento a empresas, con un nivel de sofisticación que les permite ver el valor añadido.

“Hay que entender que el mercado lo domina la demanda. Quien compra el servicio manda”, haciendo eco de una famosa frase de Mark Cohen, CEO de LegalMosaic, abogado y profesor de Derecho en Estados Unidos.