Uno de los mayores desafíos de las empresas de hoy día es gestionar el elevado volumen de datos que generan, no solo por el número creciente de archivos, sino por su tamaño, que crece rápidamente.
Sus directivos saben que las soluciones en la nube no van únicamente en proveer de infraestructura, sino servicios cloud como escritorios virtuales o desarrollo de soluciones Blockchain (cadena de bloques).
Además, estas tecnologías brindan conexión a sistemas bancarios mediante API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) para ofrecer servicios financieros, el manejo y la redirección del tráfico bajo demanda, así como servicios de ciberseguridad.
En Vector ITC, un grupo tecnológico y digital internacional, consideran que el contexto actual frente a la crisis de la COVID-19 ha impulsado a las empresas a adoptar este modelo centrado cada vez más en un enfoque “multicloud” y “All as a Service” (Todo como Servicio).
Así, tendrían la posibilidad de acceder a cualquier servicio tecnológico, asegurar el mantenimiento y liberar tiempo a los trabajadores para que se centren en sus especialidades.
Y es que la empresa, cuando se decide migrar a la nube, traslada su infraestructura de TI (Tecnología de la Información) fuera del entorno local a un centro de datos mantenido por un proveedor de Cloud Computing (Computación en la Nube).
“Es el proveedor de la nube el que tiene la responsabilidad de gestionar la infraestructura de TI del cliente, integrar las aplicaciones y desarrollar nuevas capacidades y funcionalidades para seguir el ritmo de las demandas del mercado”.
Entonces, esa es básicamente la idea de la Cloud Computing. En lugar de realizar grandes inversiones en bases de datos, software y equipos, la empresa opta por la potencia de cálculo a través de Internet y pagar por lo que se consume.
Optimizando las operaciones
Desde Vector ITC se ha insistido en que la trascendencia de la Cloud Computing ofrece muchas oportunidades para optimizar las operaciones y disponer de una gran cantidad de soluciones “as a Service”, lo que beneficia tanto a las empresas como a los usuarios finales.
Uno de esos beneficios es el pago por uso, ya que la Computación en la Nube permite que los recursos se midan por su uso, reduciendo así los riesgos de la piratería de software y los costos de la empresa.
Además, la Computación en la Nube ha alterado la forma en que funciona la resiliencia de las aplicaciones; por ejemplo, un fallo en el equipo o un corte de energía podría provocar una interrupción importante pero, ahora, los avances de esta tecnología significan que un servidor, red o centro de datos completo puede recuperarse rápidamente y continuar operando.
Otro de los beneficios de la Cloud Computing es la elasticidad, que es total, en la medida que permite escalar fácilmente tanto hacia arriba como hacia abajo.
Entre tanto, el aprovisionamiento de autoservicio ofrece a los desarrolladores y usuarios expertos en tecnología tener el control sobre la configuración de un servicio o aplicación, sin necesidad de la participación de un equipo de TI dedicado. Esto se traduce en más automatización, velocidad y previsibilidad, así como menores costos.
“Aunque los pasos iniciales de migrar todos los datos, aplicaciones e infraestructura de una empresa a la nube son complejos y requieren de un tiempo inicial, una vez completado el proceso, la facilidad con la que los datos se pueden transferir hacia y desde la nube dará sus frutos en términos de ahorro de costes y de capacidad de utilizar servicios nuevos con mayor facilidad”.
La confianza y la seguridad es otro de los aspectos de esta tecnología, ya que el proveedor de nube debe invertir continuamente en las tecnologías de seguridad más recientes, no solo para responder a las posibles amenazas, sino para ayudar a los clientes a cumplir los requisitos reglamentarios.
De resistencia a omnipresencia
En el grupo tecnológico consideran que la Cloud Computing y su modelo All as a Service han pasado de ser una opción que las empresas se resistieron a adoptar, a un modelo omnipresente y necesario para muchas organizaciones de vanguardia.
Tanto es así que las organizaciones a escala global han gastado alrededor de 107 mil millones de dólares en servicios de infraestructura de Computación en la Nube en 2019, lo que ha representado un 37 % más que el año anterior.
Además, se estimaba que alrededor del 83 % de las cargas de trabajo empresariales estarían en la nube en 2020, lo que ha podido maximizarse a raíz de la pandemia.
Rafael Conde del Pozo, director de Digital & Innovación de Vector ITC, ha mencionado que las empresas no solo quieren obtener archivos en la nube, pues también desean compartirlos y acceder a estos desde cualquier dispositivo corporativo, tener sus datos totalmente protegidos y hacerlo de manera más rentable.
“Por eso necesitan una nube con capacidades para acceder a diferentes tipos de tecnología que se adaptan a diferentes tipos de negocio, como la sincronización multisitio, un bloqueo global de archivos o sistemas bancarios mediante APIs para servicios financieros”.
De esta manera, el modelo de Cloud Computing All as a Service se encontraría más consolidado que antes y estaría evolucionando a un ritmo cada vez más rápido.
Además de brindar una estrategia sólida multicloud, otorgando a las compañías una forma de almacenar, proteger, sincronizar y colaborar en archivos a escala mundial, admite acelerar la transformación de los negocios y reducir el time-to-market para ganar eficiencia operativa y agilidad en el desarrollo del negocio.
“Este tipo de soluciones son mucho más flexibles y personalizables, se adaptan completamente a las necesidades y al rimo de crecimiento que pueda tener cada compañía».
Se ha puntualizado que, con un enfoque multicloud, se puede hacer todo esto sin perder la capacidad de negociación o renunciar a la flexibilidad.