Según el informe elaborado por Aruba, dentro de 10 años nuestra visita al médico sará algo menos humana y probablemente conllevaría muchas más interacciones con sensores, cámaras y dispositivos de escaneo robótico que los médicos y enfermeros humanos, dado que las organizaciones sanitarias podrán reconstruir los servicios en torno al Internet de las Cosas (IoT).
El estudio «Construyendo el hospital de 2030«, que incluimos en su versión en inglés, presenta los resultados de entrevistas llevadas a cabo con los principales líderes sanitarios y de innovación que explican tanto la probabilidad como la necesidad de que la industria sanitaria cree espacios de trabajo más inteligentes que incorporen tecnología movil, cloud y de IoT, como tal, explora las formas en que esto transformará la experiencia del paciente y posiblemente mejorará la atención clínica.
El estudio realiza cinco predicciones claves sobre cómo se transformará la industria para 2030, que incluye:
- Autodiagnóstico del paciente: Utilizando herramientas basadas en apps y wearables para monitorizar su salud, e incluso para llevar a cabo sus escaneos, finalmente los pacientes tendrán la capacidad de autodiagnosticarse un amplio número de enfermedades en casa, sin necesidad de ir a consulta o al hospital.
- El hospital automatizado: El registro hospitalario contará con tecnología de escaneo que podrá evaluar la frecuencia cardiaca, temperatura y frecuencia respiratoria desde el momento en que se ingresa, seguido de sensores que podrán realizar pruebas de presión arterial y electrocardiogramas (ECG) cada 10 segundos, y establecer un triaje automático o incluso directamente un diagnóstico.
- Los profesionales sanitarios podrán disponer de mayor tiempo libre: los médicos y los enfermeros, que actualmente dedican el 70% de su tiempo a trabajo administrativo, podrán analizar rápidamente los escáneres y registros de pacientes a través de su dispositivo móvil, para centrarse en el cuidado del paciente.
- Depósitos de datos digitales: los dispositivos se integrarán automáticamente con los registros digitales de los pacientes, actualizando su condición y tratamiento, proporcionando a los sanitarios datos más accesibles y en tiempo real para tomar mejores decisiones.
- Aceptación de IA: Como la inteligencia artificial (IA) comienza a desempeñar un papel cada vez más importante en los diagnósticos y los tratamientos, el apoyo del público crecerá en la medida en la que el paciente esté dispuesto a ser diagnosticado por máquinas, siempre que los servicios se diseñen e implementen alrededor de los pacientes, se expliquen los beneficios y se solicite permiso.
Al explicar la capacidad de la inteligencia artificial en la mejora de la atención médica, Hugh Montgomery, profesor de la UCL, ha afirmado: «Dentro de diez años, podremos estudiar alrededor de 50.000 proteínas sanguíneas diferentes de una sola gota, y hacerlo mucho más rápido, o incluso diagnosticar automáticamente. Esto es un cambio drástico y no ocurre actualmente. Hoy es posible que se obtengan 30 variables».
También supone un importante avance en el seguimiento del paciente, Maneesh Juneja, líder en innovación en Medicina Digital, ha añadido: «Supongamos que eres diagnosticado de diabetes o presión arterial alta en 10 años. Una vez seas diagnosticado, una gran parte del seguimiento del tratamiento podrá realizarse sin asistir frecuentemente. El personal sanitario puede rastrear tus datos a tiempo real y saber si estás siguiendo la dieta recomendada o el plan de tratamiento, y luego enviarle un aviso digital a tu reloj inteligente o a tus gafas de realidad aumentada».
El estudio sostiene que dichos avances están lejos de ser ciencia ficción y podrían resultar vitales en la lucha por atender mejor a una población envejecida: las cifras de la ONU sugieren que la población de más de 60 años habrá aumentado un 56% en 2030, incrementando enormemente la necesidad de servicios de salud más eficientes.
«Nos encontramos ante una transformación masiva y la interrupción en los próximos 5-10 años es por dos razones», dice Hugh Montgomery, «En primer lugar, la tecnología está cambiando muy rápido, y en segundo lugar existe una enorme presión para logarlos. Porque si no lo hacemos, los servicios de salud no van a poder ofrecer el servicio suficiente».
Digitalizando y convirtiendo el hospital en un lugar seguro
Al reconocer la necesidad de su modernización, las organizaciones sanitarias ya han empezado el viaje hacia la digitalización. La propia investigación de Aruba revela que casi dos tercios (64%) de las organización de atención médica han comenzado ya a conectar monitores de pacientes a su red, y el 41% están conectando escáneres o dispositivos de rayos X. Dichas medidas son los pilares de una estrategia de Internet de las Cosas (IoT), con potencialmente millones de dispositivos médicos, portátiles y móviles interconectados que comparten información actualizada que puede enviarse más fácilmente y utilizarse para proporcionar una atención de mayor calidad.
Sin embargo, el enfoque no esta exento de riesgos y desafíos. El 89% de las organizaciones sanitarias que han adoptado una estrategia de IoT, han experimentado una violación de datos relacionados con el IoT. Con la explosión de nuevos dispositivos tecnológicos que aparecerán en el transcurso de la próxima década, un desafío clave para las organizaciones será mantener la visibilidad de todos los dispositivos conectados a la red y que comparten datos médicos, con el fin de aplicar las más estrictas normas de seguridad.
Morten Illum, vicepresidente de Aruba EMEA, concluye: «El aumento de los servicios de salud digital trata de mejorar las experiencias del paciente y aumentar la precisión y la calidad de la atención. Sobre todo, eso es lo que pensamos que debería entusiasmar a los proveedores de servicios médicos y al público en general. Pero el riesgo de seguridad de los datos está surgiendo como un gran desafío. Es por eso que estos cambios están tardando tanto tiempo en implementarse y esperamos ver a las compañías sanitarias asociándose con proveedores para negociar cambios tanto tecnológicos como culturales en los próximos años. Con los beneficios que se ofrecen, sin duda el esfuerzo vale la pena».