Colaborar con Google Creative Lab en experimentos de Inteligencia Artificial (IA) ha significado algo totalmente nuevo para Bill T. Jones, un coreógrafo que ha sido dos veces ganador del Tony Award, MacArthur Fellow y Medalla Nacional de las Artes.
Él no niega que la idea del Aprendizaje Automático (Machine Learning, ML) le intrigaba y, justamente, el tema del Live Ideas Fest de su compañía este año es la IA.
“Se supone que la Inteligencia Artificial nos llevará al próximo siglo y se supone que están sucediendo cosas importantes con esta tecnología, así que quería ver si podíamos usarla para estimular la emoción humana real”.
Aunque no le teme a parecer egocentrista, este director artístico y cofundador de la compañía de danza Bill T. Jones / Arnie Zane New York Live Arts quiere ser el que sepa cómo usar PoseNet para hacer llorar a alguien.
Y es que el artista pretende que la tecnología sea ponderada con significado e importancia en este campo y, por eso, a principios de 2019 se asoció con Google Creative Lab para explorar las posibilidades creativas del reconocimiento de voz y PoseNet, el modelo de Aprendizaje Automático de Google que estima las poses humanas en tiempo real en el navegador.
“Nos sentamos con Bill para escuchar sus reflexiones sobre el trabajo en la intersección del arte, la tecnología, la identidad y el cuerpo”, ha explicado Mutaurwa Mapondera, portavoz de Google Creative Lab, en una entrada de blog.
De hecho, ya se han efectuado algunos experimentos y un cortometraje como parte de esta colaboración, disponibles en el sitio web.
Experimentando con la tecnología
A lo largo de su carrera no se había animado mucho a experimentar con la tecnología, incluso, en los años 80 su socio Arnie Zane y él decidieron que ya no querían trabajar con la tecnología porque el puro arte del sudor y los cuerpos en el escenario debería ser suficiente.
Ellos pensaban que la tecnología simplemente les robaba el trueno pero, entonces, un amigo les dijo que la tecnología puede sugerir lo que hay más allá. “La tecnología puede proyectar lo que está en juego cuando mueres. Cuando ves estas cifras, ya no son humanas, son otra cosa”.
Fue así que comenzaron a trabajar con más tecnologías de vanguardia y surgió un proyecto llamado “Ghostcatching”, con captura de movimiento en 3D. En ese momento, Bill T. Jones cuenta que el equipo quería capturar sus movimientos para que en 50 años pudieran reconstituir su desempeño.
“Así es como la gente pensaba hace años y parece que sigue siendo una preocupación ahora. Dijeron que querían ‘desvincularme de mi personalidad’, tal vez sea romántico, pero no creo que eso sea posible. Por lo tanto, mi enfoque en este proyecto no fue cómo reemplazar al intérprete, sino cómo complementarlo”.
Ahora, experimentar con la IA es algo totalmente nuevo para él, ya que nunca ha colaborado con una máquina. La experiencia la ha calificado como una curva de aprendizaje completamente diferente.
En el mundo del arte les enseñan que no tienen muchas oportunidades, pero asegura que esta experiencia contrastó esa noción y que ha sido reconfortante cocrear con el equipo de Google porque el enfoque es totalmente lúdico e iterativo.
Del escenario a la pantalla
Para Bill, la tecnología no ha estado al servicio del baile y asegura que lo dice con gran respeto, pues es casi contrapuesto a todo lo que ha pensado que era la danza.
“El campo de visión de la cámara web determina mucho sobre cómo nos movemos. Bailar, para nosotros, es a menudo en una habitación vacía que implica espacio infinito, pero trabajando con una webcam hay un espacio muy prescrito. Las limitaciones no son malas en la creación artística, pero fueron un nuevo desafío. Fue un turno creando algo para la pantalla y no el escenario”.
Ese proceso de pasar de crear en el escenario, a la pantalla, lo ha hecho sentir como si le estuvieran diciendo “salga del lugar del que usted proviene como artista, a la vanguardia. Ven y trabaja con un medio que está disponible para millones de personas”.
A juicio de Bill T. Jones eso es maravilloso, pero también es una responsabilidad. Cree que las cosas significativas que las personas hacen con la tecnología podrían sonar muy raras de alguna manera, pero ya está seguro que no es así, sino que son muy emocionantes. Es por eso que ha dicho sentirse agradecido de ser parte del desarrollo de este proyecto.
De ponerse a pensar a dónde irá la Inteligencia Artificial y si trabajará más en este campo en el futuro, en principio, entiende que el contexto es la próxima frontera en el Aprendizaje Automático.
“Esto parece primordial para hacer arte. Espero que algún día pronto hagan una máquina con la que pueda bailar. Me gustaría bailar con una máquina, sólo para ver cómo es”.