Para una profesional de la Informática que acaba de obtener el Segundo Premio a la Mujer Innovadora, concedido por la Unión Europea (UE), no resultaría difícil predecir lo que se avecina con las nuevas tecnologías y el desarrollo de las denominadas ciudades inteligentes.
Ella es Alicia Asín, CEO y cofundadora de la empresa Libelium, quien ya tiene una larga lista de reconocimientos en su haber como el Premio Rey Jaimes (2017), Mejor Gerente de Aragón (2016), Premio Nacional de Jóvenes Emprendedores (2014) y el Premio a la Excelencia Empresarial (2012), entre otros.
Alicia se encuentra convencida de que la tecnología cambiará los paradigmas de todos los sectores, ante lo que define como la “datocratización”. En una entrevista concedida a El Mundo ha explicado que apenas estamos viviendo la punta del iceberg en lo que se refiere a las innovaciones tecnológicas.
Aunque, a su criterio, todavía no hay despliegues masivos para conectar ciudades, fábricas o campos enteros de cultivo, es algo que comenzará a pasar en los próximos meses y años.
“Va a cambiar el paradigma de todos los sectores, ya no solamente por introducir sensores, sino por la nueva cultura de la datocratización. Nos estamos acostumbrando a exigir más datos y más racionalidad en todas las decisiones a nivel empresarial, pero también a nivel social y político”.
Para Asín, el legado de las smart cities o ciudades inteligentes debe ser una mayor y mejor democracia. “Los ciudadanos tienen que entender mejor todas estas decisiones y los gobiernos deben poder cuantificar el impacto de sus medidas. Primero, para saber si son efectivas y, segundo, para poder respaldarlas con datos”.
Además, ha dejado claro que no todas las decisiones políticas son ideológicas, pues considera que muchas veces son puramente técnicas. Está segura de que las personas, al acostumbrarse a demandar más información y ser más críticos con la manera en que se la dan, estarán en la mejor condición posible para ejercer el derecho al voto, que no es otra cosa que el arma de todos los ciudadanos.
Innovación vertiginosa
Alicia Asín cofundó Libelium hace 12 años con David Gascón y ha sido su CEO desde el principio. Siempre se ha enfocado en la manera en que el Internet de las Cosas (IoT) se convierte en la próxima revolución tecnológica. Ha sido frecuentemente invitada a conferencias internacionales sobre temas relacionados con ciudades inteligentes, redes de sensores inalámbricos e IoT.
Ella está clara que “en tecnología es difícil saber dónde estarás dentro de un año”, tomando en cuenta que cada vez es más frecuente ver planes estratégicos a seis o nueve meses. Más allá de crear riqueza y empleo en Zaragoza, lugar nativo de Libelium, siempre se ha ilusionado en poder servir para que se creen otras empresas españolas que exploten la tecnología de su compañía.
“Por ejemplo, estamos colaborando con expertos en viñedos que hasta ahora no disponían de una tecnología con la que aplicar sus conocimientos. Ahora, con un software implementado a partir de nuestros sensores, son capaces de crear un nuevo modelo de negocio. Ésa es la mayor ambición que podemos tener”.
Hay que recordar que la organización representada por una libélula ha sido seleccionada como una de las empresas más importantes de IoT en servicios públicos por Research and Markets.
El “Internet de las Cosas en los servicios públicos – Investigación temática” se centra en comprender el impacto del IoT en el sector de servicios públicos. Discute cómo la industria ha sido rápida en adoptar tecnologías como medidores inteligentes y redes inteligentes, precursores de la adopción más amplia de soluciones holísticas de IoT.
El informe enumera a los grandes actores en el sector de IoT y dónde se ubican en la cadena de valor. Además identifica las principales tendencias en la industria en los próximos dos años y analiza los temas claves que afectan a la industria de servicios públicos.
Esta investigación describe el impacto de IoT en el sector de servicios públicos a través de estudios de casos y recomendaciones claves para las partes interesadas y las empresas de servicios públicos, así como información tecnológica sobre la evolución de los segmentos claves del mercado de IoT, el tipo de productos que pueden surgir y las compañías.
Los sensores que fabrica Libelium se exportan a 120 países, son autónomos e inalámbricos y tienen la capacidad de medir aspectos como contaminación, temperatura, gases y humedad, entre otros parámetros que hacen a las ciudades más inteligentes.
Potencial IoT
La Ingeniera egresada de la Universidad de Zaragoza ha dicho que siempre vieron el potencial que representaban los equipos IoT desde que comenzaron en la compañía.
Esos mismos dispositivos inalámbricos y autónomos que se pueden colocar, por ejemplo en las farolas, para medir la contaminación ambiental de una ciudad; atornillarlos al asfalto para saber si hay plazas de aparcamiento libres o colocarlos en las cepas de un viñedo para conocer la humedad de la tierra.
A juicio de Alicia Asín, ese potencial tenía tantas posibilidades como para dar pie a una revolución tecnológica, como efectivamente está y seguirá ocurriendo, pues sigue confiada en la evolución del IoT.