“Al utilizar nuestros servicios, nos confías tus datos. Entendemos que es una gran responsabilidad y nos esforzamos al máximo para proteger tu información y permitirte controlarla”. Este es el mensaje que da entrada al documento de Política de Privacidad de Gmail, el mismo que ha quedado en duda tras revelarse que Google permite que terceras partes obtengan y compartan datos del popular correo.
La controversia se ha disparado desde que el periódico estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) accediera y publicara el contenido de una carta enviada desde el buscador más popular del mundo, a los legisladores norteamericanos, con la finalidad de aclarar dudas sobre el cumplimiento de la Política de Privacidad de Gmail y las medidas de protección contra malas prácticas que adopta la empresa.
Desde Google se habría indicado que “continúa permitiendo que otras compañías escaneen y compartan datos de las cuentas de Gmail”, de acuerdo al rotativo neoyorquino, respondiendo así a las preguntas formuladas en el Capitol Hill relacionadas a la privacidad y al potencial uso indebido de la información que se encuentra contenida en los correos electrónicos de sus usuarios.
Un alto directivo del gigante de internet habría informado que la compañía permite escanear cuentas de Gmail a los desarrolladores de aplicaciones, según esa carta dirigida a los senadores. Todo seguiría ocurriendo a pesar de que Google detuvo esta práctica en 2017, que tenía como objetivo orientar anuncios.
“Los desarrolladores pueden compartir datos con terceros siempre y cuando sean transparentes con los usuarios sobre cómo están usándolos”, sería parte del contenido de la misiva enviada por Susan Molinari, vicepresidenta de Google para asuntos gubernamentales en las Américas.
Es así como los desarrolladores de software pueden analizar contenidos de los correos electrónicos de Gmail para averiguar y determinar palabras claves que, a su vez, les permitan conocer las prácticas de los usuarios de una mejor manera y posteriormente compartirlas con terceros.
Google, aunque sigue en tela de juicio la Política de Privacidad de Gmail, habría dejado claro que la empresa abandonó estas prácticas el año pasado y que los únicos que las ejecutan actualmente serían desarrolladores de software ajenos a la organización.
La duda estaba en el ambiente desde que la compañía decidió no enviar a su consejero delegado, Larry Page, para atestiguar ante el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense sobre políticas de seguridad y privacidad. Los que sí acudieron fueron Jack Dorsey, director general de Twitter, y Sheryl Sandberg, responsable de operaciones de Facebook.
Aunque los responsables del buscador online más usado del mundo no asistieron a la cita, a principios de septiembre, Dorsey y Sandberg sí dieron la cara para asegurar que las empresas que representan estarían preparadas para confrontar la injerencia extranjera con miras al proceso electoral para legislativos en noviembre.
Lo que sí se ha dejado claro desde Google, a través de la carta obtenida por WSJ, es que vigila a las compañías externas empleando escaneos automatizados y generando informes por parte de sus investigadores de seguridad; esto controlaría los datos de las aplicaciones una vez que son lanzadas.
Políticas de Privacidad en duda
Google se ha defendido en la misma carta alegando que los usuarios dan su consentimiento para la activación de las extensiones de Gmail, pero, no deja de ser cierto que la alarma activada desde el rotativo neoyorquino (inicialmente en junio de este año) continúa generando inquietudes en los clientes.
A pesar de que ha reiterado que dejó de escanear correos para mostrar publicidad o anuncios de cualquier tipo, ha tenido que admitir que los desarrolladores externos continúan haciéndolo. Para muchos resulta irónica la controversia y, hasta peligrosa, tomando en cuenta que los terceros pueden conocer los productos que compran los usuarios, sus contactos y hasta los sitios que frecuentan.
Su manejo ante sospechas de actividades maliciosas también ha sido criticado por Medium, que tiene un proyecto en producción en Google Cloud (GCP) para monitorear cientos de aerogeneradores y decenas de plantas solares distribuidas en ocho países. Todos sus sistemas se fueron al suelo cuando GCP detectó un movimiento dudoso, quedando la empresa de manos atadas.
En su publicación se ha expresado que “no puede apagar las cosas y luego pedir una explicación. Hazlo al revés. No se trata de la calidad de los productos de Google Cloud. Son excelentes, a la par con AWS. Se trata de la forma abrupta y sin advertencias que desconectan todos sus sistemas si ellos (o las máquinas) creen que algo anda mal. Esta es la segunda vez que nos sucede a nosotros”.
Y es que la duda hacia las redes sociales y proveedores de correo electrónico se sigue apoderando de los usuarios, más aún cuando WSJ también ha revelado que Oath, matriz de AOL y Yahoo, subsidiaria de Verizon Communications, ofrecería un servicio que permite analizar más de 200 millones de bandejas de entrada de correos electrónicos con fines de comerciales.
“El propietario de Yahoo, la unidad de juramentos de Verizon Communications Inc., ha lanzado un servicio para anunciantes que analiza más de 200 millones de bandejas de entrada de Yahoo Mail y los ricos datos de usuarios que contienen, en busca de pistas sobre qué productos podrían comprar esos usuarios, dijeron las personas que han asistido a las presentaciones de Juramento”.
Aunque la industria tecnológica de Estados Unidos ha sido clara que no está permitido escanear correos electrónicos para vender información a anunciantes, desde el rotativo se dice que “Yahoo todavía ve la práctica como una mina de oro potencial”.
Cambridge Analytica y Facebook también han estado en el ojo del huracán por violaciones a la privacidad de datos, pero existen otras normas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea (UE) que igualmente protegen a los usuarios.
Este instrumento busca otorgarle más control a las personas sobre la manera en que se utilizan sus datos personales, tomando como ejemplo que empresas como Facebook y Google siguen generando inseguridades sobre el intercambio datos con fines de mercadeo o de otra índole.