Microsoft Cloud for Sustainability es una nube especializada que ofrece a las organizaciones la oportunidad de acceder a un conjunto de conocimientos completos, integrados y automatizados, para acelerar cada etapa de su camino hacia la digitalización sostenible.
Y es que Microsoft ha estado invirtiendo en I+D (Investigación + Desarrollo) para sus infraestructuras cloud, compartiendo su experiencia en este campo y avanzando en el objetivo Net Zero (cero emisiones netas).
También ha pretendido ayudar a las organizaciones a registrar, informar y reducir de manera más efectiva sus emisiones de carbono, sin perjudicar sus procesos de digitalización.
Noelle Walsh, vicepresidenta corporativa de Operaciones Cloud e Innovación de Microsoft, cree que los centros de datos deben ser parte de la solución para una amplia descarbonización.
Además, tiene claro que los desafíos climáticos a los que se enfrentan no serán resueltos por una sola empresa o industria.
“Nuestra misión es encontrar formas de mejorar las operaciones de nuestros centros de datos, compartir estos aprendizajes con la industria de la nube al completo y empoderar a nuestros clientes y socios a través de herramientas para medir sus progresos en sostenibilidad”.
A su juicio, es difícil mejorar o cambiar lo que no se puede medir. Considera que el mundo necesita estándares globales, una base común que garantice que las emisiones de carbono se midan de manera precisa, consistente y confiable a escala mundial, así como soluciones tecnológicas innovadoras para reducir las emisiones de carbono y el impacto ambiental.
“De la mano de nuestros partners y clientes, podemos alcanzar el cero neto y crear el camino hacia las emisiones de carbono negativas».
Para conseguirlo, ha sostenido que deben compartir sus aprendizajes y progresos, así como crear nuevas soluciones «que permitan comparar dónde estamos hoy y hacia dónde vamos, poniéndolas a disposición de todos”.
La digitalización global
En Microsoft saben que el número de usuarios de Internet, en todo el mundo, se ha duplicado desde 2010 y se espera que para 2022 el tráfico global se incremente a razón de 4,2 zettabytes por año, al tiempo que las conexiones móviles y de IoT (Internet de las Cosas) se multiplican.
Estas tendencias siguen reflejando una digitalización exponencial que se cimenta en la nube y se traduciría en una creciente demanda de centros de datos.
La industria de la nube, entonces, se enfrentaría a un importante desafío: seguir escalando la capacidad de computación para los procesos de digitalización, al tiempo que se reduzcan las emisiones de carbono.
Desde Microsoft se ha insistido en que la migración a Azure ofrece hoy día una solución más sostenible (hasta 98 % más eficiente en emisiones de carbono y hasta 93 % en consumo energético que los centros de datos tradicionales).
El compromiso de la compañía, sin embargo, va más allá: “ser negativo en emisiones de carbono para 2030 y, para 2050, eliminar del medioambiente todo el carbono que la compañía ha emitido directamente o por consumo eléctrico desde su fundación en 1975”.
Para ello, la empresa ofrece distintas iniciativas que también pueden ayudar al sector a definir el futuro de los centros de datos.
“Gracias a la calculadora EC3 desarrollada por Building Transparency, se estima que puede reducir el carbono incorporado en el hormigón y el acero utilizados en un 30-60 por ciento”.
Para Noelle Walsh, el progreso actual de la compañía ha sido posible gracias a las inversiones que ha realizado en el desarrollo de centros de datos avanzados.
También se ha referido al codesarrollo de soluciones y herramientas de digitalización, basadas en la nube y en colaboración con sus partners, que puede utilizar en sus operaciones directas.