Es un registro interno de los bancos sobre los efectos que, habiendo sido aceptados, han resultado impagados a su vencimiento. En este registro se anotan los nombres de las personas libradoras, el importe del efecto y si ha sido o no protestado ante un notario/a. El intercambio de esta información permite a las entidades conocer la trayectoria de su posible clientela, asegurando de esta manera la realización de determinadas operaciones.