El nuevo impuesto a los gigantes digitales, “justicia fiscal” como actividad económica

Bruno Le Maire, Ministro de Economía y Finanzas de Francia, ha aplaudido la adopción definitiva del Parlamento de ese país sobre un impuesto a los gigantes digitales, aprobado el 11 de julio de 2019 luego de una votación final del Senado. El texto ha sido calificado de gran importancia, pues está relacionado a la revisión del impuesto de sociedades, así como con la fiscalidad de los servicios digitales.

En relación a la reducción del impuesto de sociedades, se ha informado que se cumplirá el compromiso del Presidente de la República de llegar a una tasa de impuesto de sociedades del 25% para todas las empresas para 2022.

“Todas las empresas francesas, sin excepción, verán que su tasa de impuesto de sociedades disminuirá del 33,3 al 25% para 2022”.

En un comunicado de prensa se ha explicado que reducir el impuesto se traduce en proporcionar más margen de maniobra con respecto a la inversión, la innovación y el éxito en la batalla tecnológica del siglo XXI, además de ser un factor clave en el atractivo del país.

“Si Francia se ha convertido en el país más atractivo de Europa para los inversores extranjeros, es porque se han hecho compromisos sobre impuestos para hacer que el territorio francés sea más atractivo y desarrollar inversiones y empleos en todo nuestro territorio”.

Tal como se ha anunciado, la reducción entrará en vigencia para todas las compañías en 2020, aunque es razonable pedirle a las organizaciones más grandes que hagan un poco más de esfuerzo mientras mantienen el plan para reducir el impuesto de sociedades y la meta del 25% en 2022.

Fiscalidad para los gigantes digitales

En cuanto al impuesto a los gigantes digitales, se ha puntualizado que esta nueva tributación se basa principalmente en un diagnóstico simple: los datos crean valor, pero la tributación de los datos que crean dicho valor no es lo mismo que para otros bienes.

“La situación actual, que ha sido claramente detallada por la Comisión Europea, es injusta: la tributación de los datos es 14 puntos menor que la de otras actividades económicas. Esto es injusto e ineficaz”.

De esta manera, el nuevo impuesto restablecería la justicia fiscal al obligar a este nuevo modelo económico a obedecer las mismas reglas que se aplican a todas las demás actividades económicas.

También sería abordado como una cuestión de eficacia, ya que debería permitir la financiación de bienes públicos, inversiones ambientales, escuelas primarias y secundarias, guarderías y hospitales, al gravar las actividades que crean el mayor valor.

“El impuesto es del 3% y se aplica al volumen de negocios. Sólo se refiere a empresas cuya facturación por la prestación de servicios digitales supera los 750 millones de euros a nivel internacional y los 25 millones de euros a nivel nacional”.

En el comunicado oficial se ha dejado claro que el Gobierno de Francia revocará su impuesto nacional, una vez que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) haya adoptado una solución creíble para la fiscalidad de las actividades digitales.

Además, la seguridad jurídica del impuesto ha sido confirmada a escala nacional por el Consejo de Estado y, a escala europea por la Comisión Europea, ya que el plan había sido presentado por la propia Comisión.

Impuesto a los gigantes digitales

Desde el Gobierno de Francia se ha añadido que la administración estadounidense ha declarado que iniciará procedimientos, bajo la Sección 301, luego de la adopción del impuesto a los gigantes digitales.

Para Bruno Le Maire, esta es la primera vez en la historia de las relaciones entre el Gobierno de Francia y Estados Unidos que la administración estadounidense ha decidido iniciar tales procedimientos. Dijo que cree “profundamente que, entre aliados”, pueden y deben resolver sus diferencias mediante el uso de métodos distintos a las amenazas.

“Francia es un Estado soberano; como tal, decide sobre sus disposiciones fiscales de forma independiente y continuará decidiendo sobre sus decisiones fiscales de forma independiente”.

Se ha señalado que este impuesto nacional debería actuar como un incentivo para acelerar aún más el trabajo en la OCDE, en su labor de encontrar una solución internacional.

“En términos más generales, todos son conscientes de la aparición de gigantes económicos que están a punto de ser monopolios. Quieren el máximo control sobre los datos y, sin tomar decisiones, buscan escapar de los impuestos”.

Bruno Le Maire ha insistido en que introducen instrumentos de cambio que pronto podrían tomar la forma de monedas soberanas. Por lo tanto, cree que es responsabilidad de los representantes electos y de las autoridades públicas evitar el surgimiento de empresas que buscan convertirse en Estados privados, con todos los privilegios, pero sin las restricciones y controles que los acompañan.

“Francia es inquebrantable en su determinación de implementar un sistema justo para gravar los servicios digitales, ya que la justicia y la eficacia lo requieren. Su determinación, junto con todos sus socios europeos, de implementar un marco regulatorio sobre los datos que proteja la vida privada, es igualmente firme”.

Igualmente está determinada en garantizar que la criptomoneda (Libra), desarrollada por Facebook, no se convierta en una moneda soberana que pueda competir con las monedas de los estados.