La Asociación Europea de Innovación para la Productividad y la Sostenibilidad Agrícolas (EIP-AGRI) y el Ministerio Federal de Agricultura, Regiones y Turismo de Austria han formado un grupo de trabajo utilizar soluciones de nube y ayudar a los viñedos.
El grupo ha sido llamado ARGE FrostStrat y está formado por organizaciones gubernamentales, educativas y de investigación, así como vitivinicultores, entre ellos Rudi Hofmann, propietario de un viñedo y una bodega.
Como resultado, se ha desplegado un proyecto piloto basado en la colocación de sensores en zonas de riesgo de viñedos y huertos para registrar información relativa a la temperatura, humedad y topografía.
Los datos recopilados son enviados a la nube de Microsoft (Azure) donde el Machine Learning (Aprendizaje Automático) de Azure y Power BI proporcionan pronósticos detallados a los productores.
Estas predicciones se hacen a 48 horas sobre el momento exacto en que las heladas de final de temporada podrían llegar a sus tierras, lo que les permite tener cierto margen para empezar a proteger sus uvas y huertos.
Todo este trabajo ha tenido como antecedente los daños causados por las heladas tardías en 2017, que han costado 70 millones de euros a los viñedos y huertos frutales austriacos.
Esta ayuda de la tecnología sirve como aviso previo muy relevante, ya que se necesita tiempo, esfuerzo y dinero para poner en marcha esa protección. De lo contrario, tendrían que usar helicópteros para sobrevolar los campos, por ejemplo, con aspas que empujen el aire caliente hacia el suelo para subir la temperatura.
También podrían instalar lo que se conoce como “velas de escarcha”, es decir, grandes velas de parafina situadas alrededor de los cultivos que también elevan la temperatura, métodos que no todos los productores o cultivadores pueden financiar.
“Uno de los objetivos del proyecto no es solo medir los datos y proporcionárselos a los cultivadores, sino también comparar las distintas medidas adoptadas, como las velas, helicópteros o sistemas de aspersión”.
La cita corresponde a Johannes Strassmayr, consultor senior de TietoEVRY, empresa global de servicios digitales y software (autora del sistema de alerta temprana), quien además ha comentado que con este método de nube se compara cuánto cuestan los otros y cuál ofrece el mejor resultado.
Tecnología eficiente
Rudi Hofmann ha sido uno de los interesados en conocer esa información, ya que su bodega produce alrededor de 100 mil botellas al año, “lo que en Austria se considera una bodega de tamaño medio”.
Aunque, a escala mundial, es una bodega muy pequeña, ha agregado que conlleva gastos de gran envergadura como utilizar las velas de parafina que cuestan aproximadamente mil euros la hora por hectárea.
“Si sabes de antemano que puedes retrasar su uso una hora, por ejemplo, es un ahorro importante”.
Johannes Strassmayr ha aclarado que el sistema no solo proporciona datos en tiempo real y previsiones para todas las ubicaciones de los sensores, sino que envía alertas de texto o correo electrónico a los smartphones de los productores y agricultores.
Apuntó que TietoEVRY, con sede en Finlandia, también ha puesto en marcha el sistema de seguimiento desde septiembre de 2019. El proyecto piloto finaliza en septiembre de 2022, momento en el que se evaluarán todos los datos.
“Configuramos una colección de servicios cloud en Azure que actúa como una plataforma aceleradora y que se puede adaptar fácilmente a nuevos casos de uso de los clientes, incluso más allá de la agricultura”.
Explicó que no importa si los sensores están en algún lugar al aire libre, en un entorno de construcción o en una fábrica, ya que el procesamiento es básicamente el mismo, “aunque la escala difiere, por supuesto”.
Por ahora, en Austria tienen 300 sensores en el campo, pero en un centro de fabricación puede haber miles repartidos por todo el mundo, según sus cálculos.
La evolución de la digitalización
Jutta Grabenhofer, responsable de Sostenibilidad de Microsoft Austria, ha apuntado que la transformación digital está evolucionando rápidamente, incluso, en sectores tan conservadores como la agricultura.
“Aunque existe la percepción de que solo los productores a gran escala pueden aprovechar la tecnología digital, este caso demuestra que las empresas más pequeñas también son capaces de beneficiarse del IoT (Internet de las Cosas) y la analítica de datos para aumentar la eficiencia”.
Es por esto que Rudi quiere seguir cumpliendo su sueño con la Bodega Hofmann, pero desea hacerlo de manera más inteligente y sostenible.
“Lo que veo para el futuro es que sabremos mucho más sobre los datos de nuestros viñedos y tendremos la posibilidad de producir cultivos más sostenibles que los actuales y que los del siglo pasado”, puntualizó.